El maltrato es cualquier acto o conducta que provoca un daño físico, mental o emocional. Todas las diferentes definiciones sobre el maltrato en la tercera edad tienen cuatro características en común: muestran un comportamiento destructivo, van en contra de una persona mayor, se dan en una relación de confianza y causan daño injustificado. El problema en el abuso y la negligencia en la tercera edad se da a partir que no hay tanta información sobre estos asuntos. Las diferentes teorías explican que las causas de la violencia son muchas. Las características de la persona que cuida importan, por ejemplo, si suele tener impulsos descontrolados, si tiene baja empatía, entre otras cosas. Si una persona fue educada con violencia y esto se minimiza luego se normaliza a la hora de resolver un conflicto a futuro, se activa de manera automática. El apoyo social es importante y facilita para que el cuidador o la cuidadora tenga recursos. El aislamiento lo único que hace es empeorar la situación. Si hay más de una persona, o integrante de la familia que pueda ayudar, no hay que volcarlo todo en una sola persona, hay que dividir las tareas.
El maltrato físico es un uso de la fuerza que lastima, implica toda una parte emocional. Dentro de lo físico hay graduaciones. El maltrato psicológico da dolor a partir de expresiones verbales, o no, que van en contra de la autoestima de la persona. La negligencia por su parte aparece cuando hay una falta de responsabilidad, cuando hay un abandono, además de un maltrato. El cuidador o cuidadora deja a la persona anciana sin alimentar por largo rato, se le da fármacos para que estén tranquilos o tranquilas y no molesten, cuando se los baña con agua fría o muy caliente, cuando se los o las encierra en una habitación por largos ratos, básicamente cuando no se les da los cuidados básicos necesario se trata de negligencia. Si es posible que el anciano viva en su entorno es mejor, siempre y cuando los cuidadores o las cuidadoras tengan los recursos. Debido a que se tienen que dar muchos factores para que esto suceda se suele llevar a las personas de la tercera edad a residencias, pero esto no siempre es lo mejor. Si un centro no es acogedor o está deteriorado influye también en el estrés y el malestar de los ancianos y las ancianas.
Muchos ancianos sufren violencia, pero no se denuncian por necesitar de sus cuidadores para subsistir. Esto es algo que va incrementando según lo que demuestran los estudios. Se considera a los ancianos como un problema económico, por ende, no se los ve como personas que puedan aportar sabiduría y conocimiento. Anteriormente había un valor en el anciano, o la anciana, hoy en día se lo ha privado de ese contenido y se lo ha llevado a un sector de decadencia. Al realizarse tantos avances científicos las personas logran vivir muchos más años de los que se vivía anteriormente.
“Todos vamos a envejecer por lo que debemos rever qué tipo de legado estamos dejando” afirma Marian Ponte, sexóloga y psicóloga.