Cuando hablamos de sexualidad hablamos de sexo y también del buscar el disfrute en el sexo. Necesitamos de ciertas pautas para aprender a gozar y a disfrutar más del sexo. Como cualquier otra práctica se requiere de una instancia de aprendizaje, de conocimiento y de integración. Ahora bien, los medios audiovisuales, por ejemplo, nos venden algo del sexo que no es. Teniendo sexo no suena música de fondo por arte de magia, ni hay fuegos artificiales como sí parecen haber en algunas películas. El sexo en la vida real poco se parece a los modelos pornográficos en comparación a la sexualidad y el erotismo. Esto no quiere decir que no sea bueno, sólo que hay que tenerlo en cuenta para no generar expectativas que luego no se cumplen y frustran.
Los modelos de referencia y la comparación dañan el vínculo y su autenticidad. Para empezar, la sexualidad hay que relacionarla con la intimidad, no solamente con el coito. Estando en pareja hay que buscar encontrar los espacios de intimidad. Muchas veces por diversos motivos tanto personales, como profesionales parece no haberlos. En caso de ser así habrá que pensarlo como una actividad más que necesitamos incorporar por el bien del vínculo. Hacernos el espacio no significa que tengamos que llegar siempre al coito. No hay que tener un modelo estricto y rígido sobre cómo y hasta dónde debe ser. Puede que te apetezca mirar a tu compañero o compañera masturbarse, pueden tocarse mutuamente, puede haber sexo oral, o solamente caricias y besos. Todo esto alimenta a la pareja, sin poner pautas de a dónde deben llegar, cuando ni siquiera han comenzado. El tener un cronograma planeado mentalmente del acto en sí no deja lugar a la improvisación y a la escucha de lo que se quiere en ese momento en particular.
Hay que intentar salir de la monotonía y la rutina y buscar nuevas formas. Se pueden incorporar a la sexualidad de la pareja juguetes eróticos o juegos para explorarse y conocerse mejor. Ayudan para aprender a masturbarse, subiendo y bajando la excitación. Todos los estímulos van al cerebro, al sistema receptivo, por eso usemos lo que usemos es para sumar, no para sustituir. No hay que tener miedo o prejuicios a esto. Hay diversas ideas y propuestas, para todos los gustos, sólo se necesita un poco de creatividad y estar abiertos y abiertas a nuevas experiencias. Al intentar cosas nuevas es importante saber escucharnos y escuchar al otro o la otra para ver si le gusta o no. La comunicación sexual siempre es necesaria para hacer crecer el vínculo y potenciar el disfrute. No nos olvidemos que no perseguimos un fin, sino el placer de gozar el momento.