- Durante la excitación sexual, trate deliberadamente de tensar sus piernas, estómago o pies, o exagerar tales movimientos si descubre que ya los está realizando. La tensión corporal (por ejemplo: estirar los dedos de los pies o cerrar los puños) constituye a veces una respuesta automática, y un aumento de esta tensión desencadena a menudo el orgasmo.
- Practique contracciones musculares de la vagina. Los movimientos de contracción y apertura con frecuencia aumentan la excitación, y harán que usted permanezca centrada en sus sensaciones genitales.
- A medida que se va excitando, cambie de posición y haga que su cabeza cuelgue mas allá del borde de la cama o del sillón donde se encuentre. Esto aumentará el riego sanguíneo del cerebro y modificará el ritmo respiratorio, factores ambos que parecen incrementar la sensación de tensión y excitación en algunas mujeres.
- Intente de veras “dejarse ir”. Empiece a simular el orgasmo. Mueva las caderas. Dígase cosas excitantes a usted misma, como si estuviera dando ánimos a su propio cuerpo: “ven” o “mas”, o cualquier cosa que le parezca apropiada en ese momento.
- Cuando empiece asentir cierta excitación, trate de “engañarse” a si misma. Apártese de la zona en que se estaba concentrando, y después vuelva a ella. Acaríciese con los dedos sus pechos, sus pezones y su estómago, y también el clítoris. A medida que se acaricie el clítoris modifique la presión de los dedos o el ritmo utilizado.
- Coloque un espejo de forma que pueda contemplarse a sí misma mientras se ésta dando placer.
- Lea alguno de sus pasajes favoritos en un libro erótico, después de que haya pasado cierto tiempo estimulándose; o intente de veras imaginarse a usted misma realizando su fantasía más desbocada. Entre de vera en situación.
- Póngase un camisón, un sostén, un slip o un portaligas provocativo o sexy. Empiece la sesión así vestida. Acaricie con sus dedos la textura de la prenda. ¿Qué es lo que siente al tocarse los pechos o los genitales a través de dicho material? Desnúdese después que haya pasado un rato así, o continúe parcialmente vestida si le agrada dicha sensación.
- Trate de acariciarse en posiciones diferentes. Si ya ha obtenido placer estando de espalda, dese la vuelta. Puede ponerse boca abajo, con la cabeza y el busto sobre una almohada; o bien póngase de costado, o de espalda pero con las piernas en alto, si es que antes las ha tenido siempre estiradas. Ensaye unos cuantos movimientos corporales, por ejemplo con su zona pelviana.
- Intente contener la respiración durante un lapso breve, o respire con fuerza (jadeando).
Curso: Desde la existencia psicológica a la trascendencia. 8, 9...