El orgasmo femenino sigue siendo un misterio a pesar de los estudios cada vez más recientes.
El patrón en cada mujer es distinto a nivel de sensaciones, duración e intensidad.
Los sexólogos hablamos de las cuatro fases de la respuesta sexual (excitación, meseta, orgasmo y resolución).
En realidad son un continuo dentro de la relación sexual. Nuestra práctica y conocimiento sexual es lo que garantiza disfrutar de una misma y compartir una sexualidad más gratificante.
En las mujeres la estimulación del clítoris sea oral o manualmente es un componente esencial y requiere saber estimularlo correctamente. La comunicación con la pareja sexual es básica antes de pasar a una penetración sea con el pene, varios dedos o un dildo.
El estímulo erótico si es el nos ayuda en nuestra excitación sexual facilita una mejor lubricación adecuada. Sino la vagina no tiene la expansión, ni hinchamiento (de labios mayores y menores), de clítoris y senos.
La vagina requiere que se alarga. Todo sucede en la fase de excitación. En la de meseta se acentúan dichos cambios engrosándose más los labios y cambiando de color. Las paredes vaginales van llenándose de más sangre gracias a la vasodilatación, se enrojece la piel y vamos notando tensión (muslos, caderas, nalgas).
Cuando se da la fase tres, orgasmo, aquí las contracciones se dan en la vagina, útero y recto. Las contracciones, son variadas en cada mujer (se puede ser multo orgásmica o no). Antes de dicho clímax hemos experimentado más tensión, un pulso más acelerado y una respiración más rápida llegando al máximo de tensión muscular. La resolución es cuando ya volvemos a un estado progresivo de reposo.