Los expertos alertan del peligro del consumo de pornografía por parte de las nuevas generaciones, un contenido al que acceden por primera vez con 8 años y se generaliza a los 14
La pornografía se ha convertido en la educación sexual de las nuevas generaciones. Nuestros padres no hablaban con nosotros de sexo y ahora nosotros tampoco hablamos a nuestros hijos de ello. “Ya se da por sabido, y como cada vez los jóvenes tienen más información, los padres tienen en cuenta que no necesariamente esa información es adecuada, sino que hay mucha desinformación”, advierte la psicóloga y sexóloga Marian Ponte.
Tanto es así, que el 70% de los jóvenes españoles reconoce haber visto porno en internet, según el estudio “Nueva pornografía y cambios en las relaciones interpersonales”, elaborado por la red Jóvenes e Inclusión y la Universitat de les Illes Balears. Los datos desvelan que el consumo de pornografía se generaliza a los 14 años, si bien el primer acceso a este tipo de contenidos se ha adelantado hasta los 8 años.
En los talleres para la prevención del abuso infantil que Margarita García imparte en los colegios, esta psicóloga clínica, especializada en infancia, asegura que “estamos haciendo niños sexualmente activos de forma prematura”. Fundadora de la Asociación para la Sanación y Prevención de los Abusos Sexuales en la Infancia (AspaSi), cuenta que los niños empiezan a tener relaciones sexuales a esa temprana edad por lo que están viendo en el porno. “Me encuentro niños que saben más de sexo que yo, me hablan de posturas como el helicóptero y está habiendo muchos abortos de chicas que se han quedado embarazadas con 12 o 13 años”, señala. En opinión de esta experta, se trata de un “auténtico problema social” aunque no seamos conscientes de su alcance.
"Me encuentro niños que saben más de sexo que yo. Estamos haciendo niños sexualmente activos de forma prematura"
Margarita García - Presidenta de AspaSi
La pornografía es un “material que el niño no está protegido para digerir”, argumenta. “He conocido el caso de una familia en la que una niña de cinco años vio contenido sexual en la tablet con su hermano de nuevo y tuvieron relaciones entre ellos simulando lo que habían visto”, denuncia.
Porque además de imitación, la habituación a estos contenidos puede provocar la normalización de los comportamientos que imperan en el imaginario del porno. Y esto está teniendo consecuencias reales. El 50% de los jóvenes llevan a cabo conductas de riesgo, como no utilizar preservativo o practicar sexo en grupo, lo que ha incrementado el contagio por VIH y otras enfermedades de transmisión sexual, además de provocar un aumento en el número de embarazos de preadolescentes de 12 y 13 años.
También se percibe un repunte del machismo y de las conductas vejatorias hacia la mujer, que en estos vídeos se presenta como un mero objeto sexual. De hecho, el vídeo más visto actualmente en internet es el de una violación en grupo con gran dosis de violencia. Las “manadas” o violadores en grupo se han extendido en España, hasta el punto de que a día de hoy hay más de un centenar de casos de este tipo ante los tribunales.
CONTROL DE LOS CONTENIDOS
A pesar de todo, son muchos los padres que siguen creyendo que sus hijas están seguras porque no salen por la noche, pero el enemigo puede estar dentro del hogar, porque conectados a internet a través del ordenador, la tablet o el móvil, son todavía más vulnerables a los peligros del exterior. Algunas de las recomendaciones de Ponte son “limitar el uso de los dispositivos tecnológicos a un máximo de dos o tres horas al día y tener el ordenador en el salón, por ejemplo, para vigilar si están viendo contenidos aptos para su edad” .Además, aconseja hacer uso de algunos programas que permiten chequear el historial de las páginas que han visitado.
El control parental también permite restringir el acceso infantil a contenidos inapropiados, si bien la directora de AspaSi cuenta su eficacia. “Los niños me cuentan que es muy fácil saltárselo. Ellos mismos se van contando entre ellos cómo esquivarlo. No hay que escribir pornografía para acceder a estos contenidos, sino que escribiendo palabras como ‘zorra’ o ‘chicas calientes’ ya salen”, explica.
"Podemos limitar el uso de los dispositivos tecnológicos y tener el ordenador en el salón para vigilar qué están viendo"
Marian Ponte - Psicóloga y Sexóloga
Otras veces su primer contacto con contenidos sexuales ocurre por un error. “Es tan fácil acceder a ello que incluso pueden estar haciendo un trabajo de Biología sobre el zorro ibérico y les aparece. Por ello, es muy importante que se establezcan unos filtros efectivos”, apunta esta experta. Además, es necesario que la sociedad se involucre y ejerza de barrera para evitar poner este material al alcance de los menores. “Es muy común que un niño se ponga a jugar con el móvil de su padre y de repente un amigo gracioso envía un vídeo sexual por WhatsApp y el niño no lo ve”, denuncia.
UNA EDUCACIÓN SEXUAL AUSENTE
Por ello, la herramienta más eficaz es la educación sexual. Según este estudio, ocho de cada diez jóvenes no la han recibido y siete de cada diez acuden a internet para resolver sus dudas en vez de sus padres, hermanos o amigos. Una señal de alerta para los padres, a los que ambas expertas tratan de concienciar a los padres de la necesidad de establecer una mayor comunicación con sus hijos y desterrar los tabús que ellos puedan tener para abordar este tema con ellos de forma natural.
Una buena manera es “ver las series o videoclips de música que les gustan en compañía de ellos para estar informados de lo que ven y lo que está en boga”, indica Ponte, que hace hincapié también en la existencia de gran variedad de material para abordar esta enseñanza a todas las edades. “Es recomendable hablar de sexo con todos los niños a partir de los ocho años, antes de que brote la sexualidad en ellos”, concluye.
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