Te damos las pautas para salir airosa (y resolver bien sus dudas) ante cualquier pregunta.
LAS COSAS CLARAS
Es importante que tu hijo comprenda que estás ahí para ayudarle y que nada de lo que te plantee hará que te escandalices o que cambies de tema. "Es vital que los padres sean naturales y que los temas salgan en su momento, sin forzar", explica la psicóloga y sexóloga Marian Ponte. La salud sexual hay que plantearla desde una actitud de disfrute, con una ética personal y social y sin prejuicios ni temores. Si no orientamos bien a nuestros hijos desde pequeños, las consecuencias son que se inician antes en las relaciones sexuales y que tienen más riesgo de no utilizar anticonceptivos, con los peligros para la salud que ello conlleva.
“ÍNTIMO Y PERSONAL”
"Cuando empiezan a tocarse, los niños lo hacen donde más les gusta de forma natural y sin pensar, aunque exista presencia de otras personas delante. Hay que explicarles que el acto de masturbarse debe hacerlo a solas y en privado pero sin que perciban recriminación o juicios. Debemos ser comprensivos con sus preguntas y utilizar las palabras adecuadas para su edad."
LA EDAD IMPORTA
Según los años que tenga tu hijo deberás ser más o menos explícita en tus argumentos. Muchas veces nos enrollamos con charlas infinitas que nuestros hijos no nos han pedido. Por este motivo, es importante que antes de contestarle te asegures bien de haberle entendido. Preguntarle qué sabe o ha visto para entender en qué punto está y acertar con la respuesta.
LAS PALABRAS
Llama a las cosas por su nombre: pene y vagina, tal y como se lo explicarían también en el colegio. No hables de una "semilla super mágica" que papá pone en mamá" porque no es veraz y corres el riesgo de que tu hija se meta semillas para intentar tener un hijo. Debe quedarle muy claro que el acto sexual lo realizamos por amor o placer y que todo lo que les pueda hacer sentir mal han de decir que no y el compañero ha de respetar su decisión. ¡Y cuidado!, nunca enfoques la sexualidad como algo negativo.