En esta época, sus hormonas se revolucionan y se les disparan las ganas de experimentar con el placer.
Nada de responsabilidades escolares, más horas para salir, menos ropa y largas noches de diversión.
Eres consciente de que las hormonas de tu hijo o de tu hija se revolucionan al máximo en los meses estivales y eso te inquieta. ¿Es el momento de poner límites estrictos o de soltarle una charla didáctica sobre preservativos? La sexóloga Marian Ponte asegura que la idea es “fomentar en casa una sexualidad con conciencia, sin tabúes, con diálogo, descubrimiento y placer”. No es fácil, pero la experta te dice qué hacer.
No saques el tema sólo en vacaciones
Es fundamental tener en cuenta la sexualidad en todas las etapas de tu hijo, no sólo cuando vemos que se le despierta el deseo y comienza a tontear. “La buena infromación es necesaria y los padres han de estar disponibles y proporcionar conocimientos adaptados a su senbilidad y edad”, aconseja la experta. Dar información no implica que tu hijo pase a la práctica (muchos padres piensan que proporcionándoles detalles sobre sexo les están animando a tener relaciones), pero sí que cuando lo haga sea de forma responsable.
Habla con naturalidad ¡de todo!
Si nunca le has hablado de sexo y de golpe sacas el tema del preservativo, probablemente la conversación os incomode bastante. Sin embargo, el adolescente no se molestará si le comentas que debe tener en cuenta tomar precauciones si en algún momento desea estar con alguien. “En muchos casos, en función de la confianza que haya entre padres e hijos, se puede explicar cómo se colocan los condones, aprovechando para advertirles de que a veces se producen embarazos no deseados por una mala colocación. También se les puede explicar la importancia de no practicar la “marcha atrás”, ya que el líquido preseminal contiene esperma y no merece la pena correr riesgos innecesarios, y la píldora del día después es un método de emergencia y tiene sus efectos en el organismo”, recomienda la sexóloga.
Enséñale a decir NO
Cuéntale que lo aconsejable es no pasar directamente al coito, sino conocer antes cómo funciona el cuerpo. Háblale de la importancia de las caricias y los besos y de que, si las primeras veces no sale bien, el juego, la complicidad y la risa son componentes básicos que potencian una vivencia sexual plena. Es importante que los jóvenes sepan que muchas relaciones rápidas generan presión, miedo y ansiedad. “ Si sentimos que tenemos que hacerlo por obligación, o porque creemos que ya nos toca o porque tenemos miedo a perder al chico o a la chica que nos gusta, forzamos tanto nuestro deseo que eso puede afectar a la autoestima y a posteriores relaciones. Tu hijo tiene que saber que las personas respetuosas aceptan un “NO por respuesta”, concluye Marian Ponte.