Mª Dolors Obiols, Doctora en Filosofía y Socióloga
Marian Ponte trata el acompañamiento en la muerte y el duelo con Mª Dolors Obiols, en el que explica las razones de porqué la muerte sigue siendo un tabú.
La muerte suele incluir al miedo, son conceptos que por lo general van de la mano. En verdad la muerte debería ser tomada como un proceso más que constituye nuestra propia vida. La Dra. Obiols afirma que la muerte sigue siendo un tabú, hay un miedo ancestral por no querer vivir el proceso. La muerte es otra cara de la vida, están absolutamente involucradas una en la otra. Aunque la sociedad se haya ido homogeneizando la visión sobre ésta depende del contexto socio-cultural, y dentro de las mismas sociedades también puede variar según las edades. La muerte debe vivirse como un proceso natural, cuando no se la quiere vivir es porque se la ha desnaturalizado. La sociedad no ofrece ni espacio, ni medios, que permitan a las personas prepararse a esta experiencia para vivirla con la máxima consciencia. La muerte es tan sólo un concepto mental, y ahí está el problema.
El mundo sanitario debería ser un espacio sensible al tránsito de la muerte, pero la verdad es que se tienen ciertos déficits en esto. Se apoyan en dar únicamente una asistencia tecnológica. Lo único que se sigue es la pauta de preservar la vida más allá de todo, el concepto de salud que manejamos es un concepto de conservación material de la vida física. Hay una sumisión a la pura tecnología y nadie se ocupa del estado integral de la persona. Hay tres elementos que no podemos ignorar tras el diagnóstico de una enfermedad terminal. Uno es el apoyo emocional tanto al enfermo, o enferma, como a la familia, incluso debería haber apoyo emocional y afectivo al mismo médico. El otro elemento es el tratamiento del diagnóstico del dolor, no sólo del elemento material de conservación física, se necesita también suavizar el dolor. Por último, hay un tercer elemento que es el de cuidar los hábitos del enfermo como la comida, la limpieza y la actividad. Deberían estar siempre presentes estos elementos básicos, pero no lo están porque el modelo tecnológico no favorece que la muerte deje de ser tabú, contribuye a lo contrario.
Existe espacios y grupos de apoyo que dan soporte emocional ante una muerte familiar. Estos grupos obvian el aspecto de una cosmovisión, así se convierten en grupos de acompañamiento al drama, focalizando sólo en el dolor y no en otra posibles miradas. El trabajo se basa en el dolor del familiar. La diferencia entre realidad y lo real es lo que podemos percibir y lo que no llegamos a hacerlo. La ciencia ha demostrado que existe mucho más de lo que podemos percibir con nuestros sentidos externos. Lo real es lo que está mucho más allá de lo que podemos percibir, sobre todo en sentido material, por eso se debe también hablar de ello y no solamente de la realidad que se nos manifiesta. Hay datos científicos, sin entrar en religión o espiritualidad, que muestran que la muerte que conocemos es una muerte del cuerpo denso, pero el cuerpo sutil persiste. Por lo que hay que hacer un duelo, pero no un drama de esto. Hoy no es directamente un misterio lo que ocurre tras la muerte por lo que debemos aprender a atravesarla. Cuando muere un ser querido la muerte transforma el espacio y la percepción, como así también la visión del mundo cercano al fallecido, o la fallecida.