Enfrentar un proceso de divorcio siempre es algo difícil, mira este vídeo para saber cómo hacerlo más llevadero para la pareja y los niños.
Debemos entender el divorcio como un proceso, no es algo de lo que se salga de un día para el otro. No tiene sentido alguno el presionarnos por estar mejor, hay que darnos tiempo para poder vivir la situación. No hay un tiempo determinado para superar un divorcio, cada quien tiene un ritmo propio que tiene que escuchar y respetar. Por esto, es importante no entrar en comparaciones con otras relaciones de pareja, cada proceso es individual. Aunque el dolor se sienta como algo inmenso, hay que facilitar atravesar las emociones que se tengan. En estos casos quizás es útil escribir en un papel los sentimientos y luego romperlo o prenderlo fuego. Esto ayuda a mover lo que hay por dentro. Hay que aceptar las subidas y los bajones, eso nos indica que no estamos negando nuestro sentir, sino que estamos permitiendo que las cosas se reacomoden. Encontrar personas con las que se puede hablar de nuestro malestar es sano, sin caer en el victimismo, sino buscando expresar lo que duele. Durante estos momentos es vital dormir las horas necesarias, tener una buena alimentación y realizar actividad física para poder descargar. No funciona que nos aislemos, que nos vayamos sólo a lo mental, y no le prestemos atención a lo emocional, todo eso hará que no podamos superar nuestro malestar. Ahora bien, si se intenta con todo esto, pero la sensación de no poder vivir sin el otro, o la otra, o el sentimiento de que el día a día es demasiado duro perdura, entonces ahí se necesitará de la ayuda de un psicoterapeuta para poder salir.
Se recomienda no hacer muchos cambios durante estos procesos, ni hacerlos todos de golpe, sino nos vamos a saturar. Es importante dejar la relación en buenas condiciones, de esta manera tendremos luego la capacidad de restablecernos y de volver a amar desde un lugar sano. No hay que buscar sustituir a la relación de pareja con alguien que da un poco de confort en el momento. Eso lo único que hace es evitar que se pueda conectar con el dolor. Si tapamos las heridas, en vez que transitarlas, no podemos volver a amar de forma libre. Por eso hay que dar lugar al proceso de sanación para luego poder volver a conectar desde el amor. Tras un divorcio, una vez superado el dolor, hay que tomar esa instancia como un profundo aprendizaje. Si aprendemos de los errores que se han cometido y de lo que no funcionó bien desde una mirada constructiva, no crítica, entonces todo ese proceso nos beneficiará a la hora de tener una nueva pareja. Cada relación nos debe hacer mejor en la siguiente.