En medio de la pasión de una relación nueva, aun aquellos que habitualmente duermen ocho horas se contentan con dos o tres. Las ansias sexuales son incontenibles y la pasión llena cada momento. Pero toda esa energía puesta en el deseo no es eterna, tarde o temprano las relaciones maduran brindando un grado de comodidad y predictibilidad a los amantes. Comenzamos a pensar de maneras mas prácticas y en lugar de noches con velas, serenatas y descubrimientos se comienza a examinar con lupa la relación. Encontramos defectos aun en el mas soñado de los amantes, nos preocupamos por las finanzas conjuntas, vuelven las preocupaciones laborales individuales y la luna de miel se termina.
Es en este punto en el cual algunas parejas encuentran que independientemente de lo mucho que se aman la pasión está en un punto bajo. El sexo aunque no desaparece disminuye y el aburrimiento entra en la cama.
Las cosas cotidianas los alejan de la sexualidad, la gimnasia del domingo a la mañana se convierte en mas importante que desayunar juntos en la cama y mirar televisión adquiere mayor importancia que pasear a la luz de la luna. Pero las cosas no necesariamente tienen que ser así. El sexo en una pareja que convive no tiene por que ser aburrido. Cuál es la solución?
En principio usar la cabeza y la imaginación y probar con estos consejos:
Concentrarse en los sentimientos placenteros y disfrutarse mutuamente.
La falta de concentración en lo que está pasando puede ser un síntoma sutil del aburrimiento sexual. Cuando no nos concentramos quedamos fuera de la escena y cuando quedamos afuera es fácil sentirse aburrido. El buen sexo requiere poder concentrarse en la situación con el otro y trascender la frontera del si mismo. Observarse a uno mismo interfiere con el abandono necesario para disfrutar. Muchas cosas pueden distraernos: culpa, vergüenza, las preocupaciones sobre el propio cuerpo, los conflictos del poder, el resentimiento, etc. La mejor manera de desprenderse de las distracciones es reconocer que están y dejarlas ir. Imaginemos que esos pensamientos distractivos se elevan en una nube que se va por el aire.
Tocarse y acariciarse mas a menudo
Como primera medida por qué no recrear mentalmente aquellos primeros encuentros apasionados y compararlos con lo que está pasando ahora. Encontrar cuales son las diferencias y localizar que está faltando. Proponerse un masaje sensual que permita contactarse con todas las partes del cuerpo. Y no dejar pasar la ocasión de acariciar, besar y tocar aunque se esté en situaciones que no permitan un encuentro erótico.
Haga una lista
Imagine su última relación sexual. Concéntrese en todos los detalles de lo sucedido. Luego haga una lista de tres columnas: en la primera columna haga una lista de las caricias que disfruta y quiere conservar, en la segunda una lista de caricias descartables y en la tercera una lista de las cosas que faltan y que a usted le gustaría introducir en su vida sexual. Invite a su marido a hacer lo mismo y luego conversen ambos sobre los resultados. Preste atención a sus propios deseos y a los de su compañero y traten ambos de incluir estos nuevos pedidos en las próximas relaciones.
Disfrutar de los placeres de la vida
Piense en convertir pequeñas cosas cotidianas en pequeños placeres sensuales. Elija una actividad cada día tratando de convertirla en lo mas sensual posible. En lugar de bañarse rápidamente, hágalo de modo de sentir el contacto del agua en su cuerpo y todo el placer que ello despierta. Lo mismo puede lograrse tomando un té, caminando, etc. Focalizar en una actividad placentera todos los días puede ampliar la gama de placeres.
Cuidar y redescubrir su cuerpo
Tómese un tiempo todas las semanas; ese es su tiempo y aproveche para mirarse al espejo, ver que cosas necesita hacer para sentirse mas linda, mas cómoda con su cuerpo. Este es un tiempo para encremarse, para relajarse y cuidarse. Sentirse bien con uno misma ayuda a sentirse bien con el otro.
Dejar que la mente vuele
Ponga una música suave, cierre los ojos y deje que su mente se llene de imágenes eróticas. Las fantasías sexuales nos ayudan a relajarnos y a disfrutar del placer sexual. En la medida en que experimenta con diferentes imágenes va a encontrar que algunas son mas excitantes que otras. Las fantasías pueden tomar diferentes formas: desde muy románticas hasta muy explícitas. No son peligrosas; fantasear no significa concretarlas en la realidad. Pero son un potente afrodisíaco que tenemos a nuestra disposición.
Darse permiso para sentirse sexy
Los sentimientos sexuales son una fuente de energía positiva. Si nos desembarazamos de viejas culpas, prejuicios y tabúes es posible que dejemos salir a la mujer sexy que existe en todas nosotras. La gente sexy busca oportunidades para estimular su erotismo, mantener relaciones sexuales, y divertirse con el sexo. Por qué no quedarse en la cama una mañana del fin de semana disfrutando de la mutua compañía, ver juntos una película erótica, escaparse un fin de semana sin chicos o dormir alguna noche en un lugar diferente.
Contarnos un cuento
Compartir historias sexuales es una de las tantas actividades divertidas que podemos hacer en pareja. Los cuentos pueden ser inventados y disfrazados, propios o ajenos. En principio buscar los mas divertidos. Se puede empezar por situaciones infantiles y adolescentes. No asustarse si en el transcurso aparecen escenas dolorosas o complicadas que también es positivo compartir. Es interesante que sean breves e intercambiar historias. Que el otro también nos cuente.
Jugar
Sin juego el sexo pierde su creatividad y ciertamente se torna aburrido. Que es jugar?. Jugar es divertirse, hacer cosas infantiles, cosas que solo la intimidad permite, ponerse ropas distintas, jugar a ser una persona diferente, recrear personajes. Algunos les gusta jugar al “doctor”, otros prefieren ser la “profesora y el alumno”, etc. Son también interesantes los juegos fuera del dormitorio, que no son específicamente sexuales pero permiten a una pareja divertirse, reírse, hacerse trampas, competir, como jugar a las cartas, al tennis, al golf, etc.
Los afrodisíacos verbales
El lenguaje del amor es una parte importante del juego sexual. Los hombres y las mujeres nos excitamos a menudo con palabras diferentes. Culturalmente los hombres están acostumbrados a palabras fuertes que a veces nos resultan incómodas, expresiones mas directas o nombres vulgares de genitales y de partes del cuerpo. A muchas de nosotras nos excitan frases mas románticas, piropos y cosas que nos halaguen. Esto no quiere decir que siempre suceda así y que no podamos encontrar un lenguaje común, excitante para ambos. Los sonidos del amor, susurros, jadeos, suspiros son excitantes para mujeres y para hombres. Por otro lado al producirlos también aumenta nuestra excitación.
No olvidemos el romance
Construir un romance es repetir las cosas que hacen los enamorados. Las cosas del amor cotidiano, la notita, los besos, las invitaciones especiales, la comida exótica, el llamado telefónico, etc. Mantener el clima del afecto y la seducción a veces da trabajo pero el resultado es muy gratificante. Coquetear y seducir, avanzar y retroceder, crea escenas y espacios para un nuevo encuentro.