Vivimos en una sociedad con ideología “hetorosexista”
Se nos enseña lo que es esperable y adecuado en nuestra infancia y lo adoptamos como una norma a seguir. Al faltar modelos y conocimientos extensos que van desde la historia, antropología, biología entre otros, hace que se asimile la ideología sin tomar conciencia sobre lo que implica.
Cuando una persona siente que es bisexual o esta pasando por un momento dónde se lo está preguntando, aparecen miedos y dudas que tienen que ver con el miedo al rechazo y a la discriminación.
Se ha de resolver dilemas que una persona heterosexual no tiene que responder. Se añade que la bisexualidad no sólo no esta comprendida en el modelo “normativo” y dicotómico de entrada excluyente (la norma es lo heterosexual y la homosexualidad es aquello que no es heterosexual), sino que hay determinados prejuicios tanto para las personas con una orientación heterosexual como las personas con una orientación homosexual sobre la bisexualidad.
Nos podemos encontrar con una doble discriminación sino se atienden reflexiones sobre como funcionan los estereotipos además, de obtener una información adecuada y basada en la reflexión y comprensión del funcionamiento sexual humano. Limitar la orientación sexual a la práctica sexual, es limitar al mismo ser humano sin entender aspectos como: sus fantasías, deseos, vivencias, emociones, atracciones, valores, etc.
No se requiere tener relaciones con el mismo sexo para catalogarse uno de bisexual u heterosexual y es más, uno puede tener relaciones con personas del mismo sexo y etiquetarse de heterosexual. En este sentido hemos de dar importancia a que la orientación sexual no es una simple categoría y que los límites no pueden definirse según un criterio estándar, sino que cada uno, ha de vivir y sentir su sexualidad atendiendo a sus propios criterios, sus deseos, sus anhelos, su sexualidad, en definitiva, su respeto como persona.