Disfunciones sexuales
Ausencia o disminución del deseo de tener una actividad sexual
El deseo sexual inhibido recibe otros nombres como falta de deseo sexual, apatía sexual, deseo sexual hipoactivo y deseo sexual disminuido. Es una de las disfunciones más comunes. La alteración del deseo, tiene que ver con la ausencia de interés por la actividad sexual, una falta de deseo de masturbarse y una carencia de fantasías. El apetito sexual al no darse ni en la masturbación, fantasías, pensamientos o percepción del otro desde el deseo, disminuye todo lo relacionado con la conducta sexual. La persona, no tiene afectada su capacidad para dar una respuesta sexual y llevar a cabo una relación sexual, pero sí se da que con su bajo deseo, no se de ningún tipo de interés para establecer una relación sexual.
Los criterios de clasificación, tiene que ver más con lo que la persona siente, con su grado de insatisfacción personal dado que, no puede decirse que es una frecuencia normal, pero sí puede decirse que una ausencia total, no entra dentro de la normalidad.
Hay muchas causas diversas que pueden estar afectando entre ellas: enfermedades, ansiedad, fármacos, estrés, tensión emocional, problemas de pareja, período de cambios, trastornos psiquiátricos, influencias educativas, experiencias personales, presencia de otra disfunción en uno mismo o en el compañero, etc. Son muchos los factores, que pueden estar incidiendo por lo que en la exploración se tienen en cuenta los factores emocionales, los hábitos sexuales y los factores ambientales.
En muchas ocasiones, las personas han padecido siempre de bajo deseo sexual. En otras, comienza a ocurrir en un momento determinado en el tiempo. Ello, puede marcar una diferencia en el tratamiento. Así mismo, puede producirse una falta de deseo es total, es decir, en general o siempre o es selectivo dándose con algunas personas y no otras o con algunas prácticas determinadas.
El trastorno, puede afectar a ambos miembros de la pareja. Este trastorno, siempre ha sido más frecuente en mujeres, pero cada vez son más los hombres que comienzan a vivenciar una apatía sexual. Los motivos por los que se viene a la consulta sobre este problema son muy diversos: ver el sexo como una obligación, indiferencia en las relaciones sexuales cuando se mantienen, falta de interés por todo lo relacionado con el sexo, pasividad en las relaciones, ausencia de fantasías y deseos masturbatorios.
Asco o repugnancia extrema y continuada hacia las relaciones sexuales, evitando todos o casi todos los contactos sexuales genitales
Es importante saber que puede darse un deseo y una respuesta sexual normales, pero lo que les resulta insoportable a las personas que tienen dicha disfunción, es el contacto físico con el otro.
Puede darse una evitación general a todo lo que hace referencia a lo sexual siendo una evitación fóbica o aversión sexual. En algunas ocasiones, esta evitación va dirigida a algunos aspectos específicos del sexo por ejemplo a los genitales de la pareja, a las secreciones y olores, a la penetración etc. Estas personas, muchas veces disfrutan de la sexualidad siempre y cuando, puedan evitar esa fobia específica. En el caso de que sea algo general, aquí las personas ingenian muchos mecanismos para evitar todo lo que pueda suponer una relación sexual. La ansiedad y los conflictos que se genera con la pareja, hace que el problema genere una cadena de malestar cada vez mayor.
El tratamiento, intenta romper el círculo de la evitación que supone dicha fobia específica mediante técnicas que implican cierto afrontamiento y fármacos en algún caso.
Es la dificultad o la incapacidad para llegar al orgasmo a pesar de una estimulación adecuada y una fase de excitación normal
Es importante saber que puede darse un deseo y una respuesta sexual normales, pero lo que les resulta insoportable a las personas que tienen dicha disfunción, es el contacto físico con el otro.
Puede darse una evitación general a todo lo que hace referencia a lo sexual siendo una evitación fóbica o aversión sexual. En algunas ocasiones, esta evitación va dirigida a algunos aspectos específicos del sexo por ejemplo a los genitales de la pareja, a las secreciones y olores, a la penetración etc. Estas personas, muchas veces disfrutan de la sexualidad siempre y cuando, puedan evitar esa fobia específica. En el caso de que sea algo general, aquí las personas ingenian muchos mecanismos para evitar todo lo que pueda suponer una relación sexual. La ansiedad y los conflictos que se genera con la pareja, hace que el problema genere una cadena de malestar cada vez mayor.
El tratamiento, intenta romper el círculo de la evitación que supone dicha fobia específica mediante técnicas que implican cierto afrontamiento y fármacos en algún caso.
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