Si ocurre de manera puntual, no pasa nada. Pero si hablamos de un patrón que se repite en tus relaciones sexuales, es hora de ver qué ocurre. Pero no te obsesiones ni te culpes por ello. Tiene solución y te la damos aquí.
ALGUNAS DIFERENCIAS
¿Tu pareja te encanta pero, a la hora de tener relaciones, no sabes qué pasa que no llegas al orgasmo? Lo primero que tienes que plantearte es si eso te ocurre siempre o de manera aislada (obviamente no es lo mismo, porque nadie está libre de tener un mal día). Lo segundo en lo que te debes fijar es en si te excitas durante la relación, aunque no llegues al culmen, o si lo tuyo es una ausencia total de deseo. En este último caso estaríamos ante un problema de frigidez, que precisa de ayuda especializada para solucionarse. Pero hoy vamos a hablar de mujeres que sí sienten deseo pero habitualmente tienen problemas para llegar al clímax; mujeres que no están entre ese 5 % cuya anorgasmia está originada en problemas anatómicos u hormonales. Y, sobre todo, vamos a intentar encontrar soluciones.
RESPETAR EL RITMO DEL CUERPO
“Lo básico, lo primordial, es tener en cuenta cómo funciona el cuerpo”, dice la psicóloga y sexóloga Marián Ponte. “Como norma general, se requieren 20 minutos para que haya excitación en el cuerpo femenino.
Muchas veces no tenemos en cuenta el tiempo y el organismo no está preparado. Vemos muchas películas, nos creemos que ‘pim, pam, pum’ y ya está todo. Y no es cierto. Tenemos una fisiología, unos canales y un momento determinado en el que podemos estar más o menos receptivos. Y hay que respetar el ritmo. Si el cuerpo está preparado, es más fácil que te asegures un orgasmo”. Otro punto a tener en cuenta, según la experta, es que te dejes hacer. “Muchas veces controlamos, aunque no seamos conscientes de ello. Y dejarte llevar implica saber que puedes perder el control en cualquier momento. Eso tienes que aceptarlo”.
Apenas un 5 % de los casos tiene su origen en problemas fisiológicos
EL PAPEL DEL CEREBRO
¿Y conocer tu cuerpo, haber experimentado con él? “Eso es fundamental”, responde Marián Ponte. “Cuando tú sabes qué te gusta y cómo te gusta, puedes dar indicaciones a tu pareja, puedes dialogar sobre ello, y eso ayuda mucho al acoplamiento con el otro. También hay que aprender a estar pendiente más de nuestras sensaciones que de nuestra mente."
"¿Qué hacemos muchas veces cuando estamos teniendo relaciones sexuales? Entrar en comparación, pensar en si estamos gordas, en si nuestro cuerpo está bien, o si le gustamos a esa persona con la que estamos... Todas esas divagaciones nos alejan de poder disfrutar del placer, de compartir y, por supuesto, de llegar al orgasmo”. Hay que tener en cuenta que el cerebro juega un papel muy importante en nuestro placer: registra nuestras sensaciones, libera sustancias químicas... Y todo aquello que nos saque de estar con la mente tranquila y el cuerpo relajado no ayuda.
Hay que aprender a estar más pendiente de nuestras sensaciones que de nuestra mente
“También es importante que, si te cuesta conseguirlo, pidas lo que necesites”, explica la sexóloga. “O que esperes a una segunda vez, cuando vuelvas a intentar otro encuentro. Si a la primera no ha venido, no hay que entrar en obsesión, en dar vueltas y en pensar todo el rato en por qué no nos ha venido. Ahí nos alejamos del placer y de la posibilidad de que el cuerpo simplemente siga su ritmo y su proceso, así que céntrate en tus sensaciones, y si no puedes piensa en tu respiración, cualquier cosa menos irte a la cabeza”.
DEJA QUE ÉL TE AYUDE
Si te cuesta explicarle verbalmente cómo funcionas, coge su mano y permite que te ayude, que él se sienta bien sabiendo cómo lo tiene que hacer. No hay que olvidar que se requiere un tiempo para aprender a acoplarse. “No todas las relaciones son fuegos artificiales desde el primer momento, esa es una creencia errónea. Si a pesar de todo esto el problema se alarga en el tiempo o te hace sufrir, consulta a un psicólogo. Lo importante es que tú no te dejes de lado y que no te obsesiones ni bloquees", concluye.
“JUGAR Y SER CÓMPLICES”
Hay una cosa que puede ayudarnos mucho, y es experimentar juntos sin esperar resultados; buscar diferentes maneras de gozar, poniendo énfasis en comprendernos, en jugar, en lograr complicidad. Muchas veces no damos importancia a estos aspectos, que son precisamente los que ayudan a que todo sea más fresco y dinámico, a intimar de una manera placentera y a salir de viejos patrones que no nos han ayudado a funcionar.
Consejos para alcanzarlo
TIEMPO Y AUTOESTIMA LA CLAVES
No te saltes los preliminares
Sin esta fase previa, todo será más difícil.
No te importe hacer esperar a tu chico. Si es buen amante lo entenderá y hasta sabrá aprovechar para aumentar su propia excitación.
Cuidado con pensar en otra cosa
No es solo que te invadan pensamientos que te puedan provocar inseguridad respecto a tu cuerpo, es que cualquier pensamiento que no guarde relación con lo que estás haciendo en ese momento te distraerá y te alejará del objetivo.
Haz pis antes
A muchas mujeres, la estimulación del punto G les provoca ganas de ir al baño (o les hace sentir algo muy parecido). Para que eso no te desconcentre, ve al baño antes de tu encuentro. Estarás más relajada.
Piensa que eres la más hermosa
La autoestima es fundamental para poder disfrutar de nuestro cuerpo, y eso pasa por sentirnos las más guapas en ese momento; las únicas, de hecho. Tu pareja lo notará y todo fluirá mejor.
Al clítoris, lo que es del clítoris
Se habla mucho del punto G, pero la mayor parte de las mujeres tienen en el clítoris al auténtico protagonista de sus orgasmos. Mímalo como se merece.