Vivimos en una sociedad marcada por ideales y estereotipos que acaban afectándonos si no seguimos las reglas del juego. A veces, incluso, no acabamos de conectar 100% con nuestra pareja por la definición de sexy o la figura de feminidad que entre todos hemos forjado y pocos los han re-definido para ajustarla a la realidad.
Marian Ponte es psicóloga y sexóloga, amante de su trabajo y predispuesta a ayudarnos a todos ante cualquier duda o situación problemática. El sexo no es un tema tabú y deberíamos hablarlo sin pavor y gozar enteramente de él.
Actualmente vivimos en una sociedad en la cual todos hacemos juicios y prejuicios que pueden afectarnos de muchas maneras y que acaban sentenciando y censurando nuestra libre expresión y nuestra propia identidad. Son muchos los inputs que recibimos a lo largo de nuestra vida que acaban generando expectativas de género, como por ejemplo la chica que le gusta vestir con aires masculinos. Este aspecto social refuerza parte de nuestras vivencias, tabúes y algunos mitos, y no por vestir de una manera o de otra o no seguir el ideal estético que han dictado la industria del marketing y la de publicidad dejaremos de ser más o menos sexys para nosotras mismas y de cara a nuestra pareja.
Son muchas las mujeres que tienen una preocupación física constante que les genera inseguridad con sus cuerpos y acaban teniendo una baja autoestima. Es cierto que en muchas ocasiones tenemos una imagen distorsionada de nuestro cuerpo. Marian nos explica que hay muchas mujeres que se miran reiteradamente en el espejo para observar aquellos defectos que creen tener y que no les gustan, como por ejemplo tener los senos pequeños o dedicar especial atención a las estrías, la celulitis, las arrugas, las cicatrices debidas a operaciones como cáncer de mama, embarazos, etc., pero en estos casos hemos de aceptar que la vida es un cambio constante y se tiene que integrar en las etapas que se tienen que vivir.
Este cómputo de situaciones, incluso la gordura, repercuten en la afectación sexual de los sujetos y acaban mostrándose avergonzados y con altas indecisiones para mostrar su cuerpo desnudo al hacer el amor y querer apagar las luces en el acto. Hay veces, incluso, que muchas mujeres no quieren hacerlo para que el otro no juzgue sobre su cuerpo, por lo que al final ni ellas mismas ni su pareja acaban entendiendo el acto sexual como placentero.
Marian Ponte nos recomienda que todas las personas que no aceptan su cuerpo y les avergüenza deben:
- Mirarse al espejo y ver lo que no les gusta para acabar aceptando que con eso es con lo que tienen que vivir
- No esconderse ni evitar relaciones sexuales, buscar formas para compensar los miedos, como tener la luz encendida en pleno acto sexual
- Ver qué parte de su cuerpo pueden mejorar y sacarle partido para ser más sexy
- Centrarse en el presente y sentir el momento, estar concentrado en disfrutar con la pareja en la cama sin pensar en los problemas con su cuerpo
- Aceptarse físicamente
- Olvidar mandatos sociales y modelos
- Disfrutar de la relación sexual aceptando que la gordura no quita ser sensual
- Conocer nuestro cuerpo y saber escucharlo
- No privarnos de nada y dar oportunidad a eso
- Tener creatividad y usar una lencería bonita
- No privarse de posturas y buscar el placer y el disfrute; pensar en ellas mismas y dejar de pensar en cómo las verán
- Comunicar deseos y miedos que quieres compartir