Entrevista de la Dra. Obiols Solà a la Psicóloga y Sexóloga Marián Ponte González
La visión de la Psicología desde el ser
¿Qué es un trauma?
Una herida que no permite tu desarrollo y avance, y te encierra en circularidad.
¿Qué sucede cuando hay trauma?
Que el cuerpo tiene su propia memoria. Eso implica un trabajo profundo para procesar dichas memorias y que la persona pueda integrarse consigo misma, con el mundo y con los demás.
¿Es un mecanismo fallido?
Es un mecanismo evolutivo y biológicamente adaptativo para tu supervivencia, pero que, si se extiende en el tiempo cuando ya no es necesario, causa daños.
¿Consideras que es necesario el trauma para evolucionar?
Considero que el trauma forma parte de esta existencia y que su resolución implica evolucionar.
¿Piensas que emociones como el miedo sirven a nuestra evolución o, por el contrario, la entorpecen?
Las emociones son necesarias para poder vivir en esta realidad. Tenemos cuerpo y vivimos en un lugar donde no reina la paz y donde necesitamos tener nuestros sentidos funcionando. El miedo nos ayuda a anticipar los peligros, protegernos y usar nuestros sentidos para estar a salvo. Otra cosa distinta es que vivamos identificándonos con el miedo y éste nos esclavice, nos cree indefensión, de forma que perdamos la libertad y el fluir. Aceptarlo sin padecerlo es el trabajo interior. Con ello, recuperamos el bienestar que nos corresponde en nuestro desarrollo. Se puede convivir con el miedo pero eso es distinto de sentirse atrapado por él. Desde que somos niños aprendemos a temer: temor a no tener éxito, a no ser aceptados, a hacer mal las cosas, a no ser suficientes, a la muerte, a la pérdida etc. Todos esos miedos son innecesarios porque no te estás jugando la vida y ahí es donde empieza el proceso de trascenderlo, liberarte y sentir que eres más que tu miedo.
Todas las emociones tienen una finalidad y un sentido en esta existencia. El miedo sirve para protegernos, la tristeza para repararnos a través del duelo y recuperar nuestra vitalidad, el enfado para arreglar el problema de límites o el sentimiento de injusticia, la alegría para sentir bienestar. Otra cosa distinta es por ejemplo tener pánico, exceso de ira u odio, depresión o euforia. Aquí hemos de trabajar e irnos a un balance que sea su justa medida. Las emociones son un gran recurso porque nos avisan de cómo estamos y qué necesitamos y también nos plantean poder resolver las cosas. Son un radar importante en nuestra existencia. Si están en calma y en paz, nos explican que estamos en presente y nada nos está afectando. Si estamos inquietos nos plantean buscar el origen de dicha inquietud y con ello recuperar nuestro centro. Así nos vamos liberando y empatizamos con nuestro interior y desde este conocimiento y aceptación de nosotros mismos, podemos contribuir al mundo.
¿A qué nivel los padres afectan a nuestro desarrollo?
Marcan un enorme porcentaje en los patrones y funcionamientos que después tenemos, así como nuestro apego para relacionarnos con los demás. Es distinto haber vivido en un mundo seguro, coherente y de atención que en uno disfuncional.
¿Siempre puede cambiarse?
Siempre debe intentarse.
¿La psicología es la única herramienta?
Es una herramienta… entre muchas otras.
¿Qué otras herramientas destacarías?
Todas las herramientas que ayudan a sentir nuestro interior, conectarnos con él, atender el cuerpo, flexibilizarlo, cuidarlo en plena consciencia son grandes herramientas. Por ello hay tantas disciplinas que te ayudan a estar en ti sin perderte, a vivir el presente y aceptar la vida tal cual es. Puedes encontrar meditaciones, visualizaciones, escucha activa, generar un observador, atender tus recuerdos para trascenderlos y así no ponerlos en el presente, trabajo corporal, trabajo energético, permitir que las cosas vengan y se vayan estando ahí sin marcharte y permitiendo un proceso de transformación. La idea es tener cada vez más espacio interior para asumir la vida tal cual es sin proyectar tu pasado y al mismo tiempo aceptando el ahora y viviendo en tu centro. Y aunque sea difícil lo importante es tener clara la dirección. Seguir el trayecto nos permite realizarnos como seres humanos.
¿Aunque no te conozcas a ti mismo, puedes ser empático con los otros si sabes mucho de ellos?
Puedes ser lúcido. Se necesita la presencia del corazón y la superación de tus traumas.
¿Se puede realmente vivir sin pasado?
Se puede lograr que el pasado no te moleste.
¿Qué sería una persona sin cargas?
Alguien que transciende su pasado, vive el presente y tiene un niño interior en estado natural.
¿Estamos realmente tan condicionados?
Somos pasado, programa y condicionamientos. Sólo el florecer del corazón desprendiéndonos de las heridas nos despierta el regalo que es vivir.
¿La psicología ayuda a ampliar la conciencia?
La psicología viene en su origen del griego “psyche” que significa “alma humana”. El problema es que se confundió con la mente durante años.
¿Tal y como hoy está, engloba el “alma humana”?
No se contempla en la mayoría de abordajes. Sí hay una psicología transpersonal, pero se requiere ir a una integración más profunda y holística.
Parece que la psicología transpersonal hubiera podido ir más allá en su vínculo con la espiritualidad, pero en realidad ha quedado un poco atascada, ¿estoy en lo cierto? En cualquier caso, ¿cuál es tu opinión al respecto?
Aunque existen escuelas de psicología que tienen en cuenta el ir hacia la integración y la unidad, atendiendo a que también somos alma, sí creo que la psicología en general está muy connotada de métodos, ideas y años de creencias de hacia dónde se debería ir. No está necesariamente unida a la intuición, la auto-sanación, el despertar de la consciencia, la visión y la comprensión profunda del ser. Se cogen herramientas de distintas disciplinas como la meditación, el mindfulness, que es una adaptación de herramientas usadas en otras culturas, los chakras, las teorías, las prácticas de conciencia corporal, la respiración etc. Se insertan conocimientos y se va creando escuela. Es como todo, coger lo útil e ir dándole cuerpo buscando el objetivo concreto de la realización del otro. Lo que sí es relevante y no se contempla de forma concienzuda es que quien lo ofrece ha de estar en un estado interior concreto, no ha de partir de la mente para su aplicación y su sistema de aplicación ha de sintonizarse con el paciente. Ello no se enseña y requiere una sensibilidad y un trabajo, lo que en ocasiones implicaría la no aplicación de lo conocido ni la implicación de uno mismo para que otro se sane a sí mismo. Estar en un estado de Presencia. No son las técnicas ni las herramientas, sino el estado evolutivo de la persona que ha de facilitar el proceso, la frecuencia del corazón y el conquistar la sabiduría que implica haber superado los propios traumas, lo que genera que el otro avance.
¿Cómo sería eso?
Hoy empiezan a integrarse herramientas como el mindfulness o la meditación que ayudan a ir a procesos de más estabilización. El problema es cuando se convierten en conceptos o en prácticas muy desligadas de la profundidad que implican.
¿En qué consistiría el trabajo?
En herramientas que te enseñen lo que “está ahí” sin mentirte a ti mismo, sin juicios, sin cambiar nada, sabiendo que todos los recursos están en el interior y ampliando al observador. Trabajar desde esa intención.
¿La mente y las memorias no interfieren para logarlo?
Sí, por supuesto, hay lucha y supervivencia de un ego creado que es neurótico. Desperdiciamos nuestra energía. Tiene sus contenidos: miedo, culpa, celos. Hay una creación individual y colectiva. La meta es el cese del sufrimiento individual: transformarlo en cuidado y atención personal, fluir en las relaciones y creatividad.
¿Es realmente incompatible el ego con la espiritualidad?
El ego se hace para vivir esta experiencia terrenal y adaptarnos al entorno, pero después hemos de desaprender, escuchar nuestro interior, irnos a un estado de transformación que ayuda a que el ego pierda fuerza. Vayamos de la supervivencia al amor y este ya no interferirá para conectar con quienes somos. Superarlo, entenderlo sin entrar en lucha y permitir traer cielo a la tierra saliendo de la mente y las heridas es la transcendencia. Si lo superas, ayudas a otros a que se superen o al menos a comprender el funcionamiento. Es inevitable su convivencia y es el aprender a observarlo y mantener un trabajo diario de transcender el día a día lo que permite la compatibilidad con la espiritualidad. Te humanizas cada vez más y con tu humanización, colaboras en una consciencia colectiva de avance.
¿Cómo encontramos la seguridad?
Esta sólo está en nuestra mente. Todo está en continuo movimiento. No puedes volver a localizar una partícula en el mismo lugar…
¿Cuál es la base de nuestro sufrimiento?
La falta de amor y la irrupción en la comunicación. Se pierde la libertad al faltar el amor interno.
¿Cómo se logra salir del círculo?
Poner en orden las relaciones y ayudar a que el corazón coopere y florezca dando luz a nuestro dolor y cambiando los patrones que interfieren con el crecimiento de nuestro ser. Escucharnos para que pierdan su carga… Transcender.
¿Dónde comenzamos a vivir así?
Principalmente en la relación con nuestros padres que marcan nuestra vida posterior creando nuestros programas. Es imprescindible superar a los padres.
¿Los programas sólo son de nuestros padres?
No, se nos insertan incluso desde el vientre de nuestra madre y en el nacimiento: son experiencias determinadas que están registradas en forma de memoria, entre otras posibilidades. Somos más frágiles los primeros seis o siete años.