Existe una gran diferencia entre género, lo que sería la división entre femenino y masculino; orientación sexual que es hacia donde te orientas con tus deseos a nivel afectivo; y la práctica sexual que depende de con quién decidas tener relaciones sexuales, independientemente de tu orientación sexual. Por ejemplo, hay personas que pueden tener una práctica sexual, o fantasías, con alguien de su mismo género en algún momento, pero no considerarse homosexuales a nivel de su orientación sexual. La conducta sexual es muy amplia, no es algo dicotómico y tiene diferentes dimensiones, por eso hablamos de sexualidades y no de sexualidad. Hay una parte de la fenomenología interior de la persona que, según las experiencias, y un montón de otros factores, nos va a llevar a entender cómo esa persona vive su sexualidad. Sería interesante preguntarnos el por qué siempre se busca una explicación a la homosexualidad y no a la heterosexualidad. Se parte de la idea de que la homosexualidad es aquello que no es la heterosexualidad, por ende, partimos de un modelo de exclusión. La homofobia se da a partir de mitos y creencias irracionales que nacen de la ignorancia cuando no hay una educación sexual.
Una persona homosexual puede tener una homofobia interiorizada. Se genera una fobia social por tener una orientación por fuera de la norma, produciendo temor, rechazo y la intención de esconderse. Se rechaza el grupo de pertenencia y se busca no ser catalogados o catalogadas. Dichas personas suelen no soportar a quienes muestran visiblemente su orientación. El vivir negándose a uno o una misma genera un estrés continuo y mucho desgaste. Existe también una homofobia exteriorizada, es aquella que excluye a los gays sintiendo que ponen en juego su propia masculinidad o feminidad. Hay mucha falsa inclusión en los medios que se da desde el estereotipo, lo cual continúa afectando. Carece de sentido pensar que la orientación sexual de una persona habla de cómo ésta es en el resto de los aspectos de su vida.
Siempre se habla de lo natural o normal. Si miramos la naturaleza vemos a los primates machos montándose unos a otros. Entonces, aunque vemos la naturaleza no la incluimos, por lo tanto, es una total contradicción moral e ideológica. Las personas homosexuales comúnmente se dan al aislamiento porque no saben cómo salir hacia afuera. Ejercen el secretismo porque temen ser rechazados o rechazadas. Hay una hipervigilancia donde se intenta controlar constantemente el medio. Pueden sentir vergüenza, sentimientos de vulnerabilidad, o miedo a no sentirse comprendidos o comprendidas. Ante estos sentimientos hay que buscar grupos sociales donde uno o una se sienta aceptado y aceptada, sin sentir la carga de la desaprobación. Hay veces que se dice que los padres o madres hicieron algo mal, no hay nada malo en la homosexualidad, lo único malo es no aceptar a una persona como es, con sus gustos y preferencias. La orientación sexual o la práctica sexual no determinan un comportamiento social prestablecido. Necesitamos dejar de etiquetar a partir de estereotipos que reducen la riqueza humana. “No hay nada mejor en la sociedad que dejar ser, para ser todos” afirma la psicóloga y sexóloga Marian Ponte.