El tiempo siempre es relativo, pero por lo general cuanto más tiempo se lleva en pareja mayores complicaciones traen tomar la decisión de romper. Durante el primer período puede haber sentimientos de culpabilidad, tristeza, pena, o hasta ira. Es importante respetar el duelo y saber que nos podemos apoyar en otros vínculos afectivos para superar y suturar las heridas. Hay que tratar de no caer en la evasión y la pérdida de uno o una misma. Las situaciones dolorosas o conflictivas son instancias que buscamos evitar, pero tras grandes cambios en la vida de alguien, como puede ser una ruptura, es necesario tomarnos un tiempo. No hay que llenar el vacío con otra persona buscando reemplazar a quien ya no está. Tenemos que detenernos a pensar sobre nuestro estilo de apego para no generar dependencias emocionales. La terapia puede ayudar a poner en palabras lo que no nos ha gustado, o no nos ha hecho bien del vínculo que hemos decidido terminar. Repasar cuáles fueron los pasos que nos llevaron estar ahí nos permite no volver a cometer los mismos errores. De esta manera borraremos cualquier fantasma que tengamos miedo de volver a repetir. Si entendemos nuestros comportamientos podemos aprender de ellos para lograr luego dirigirnos hacia otros horizontes más sanos.
Hay personas que tras una ruptura por un tiempo no quieren saber nada con nuevas relaciones, de ningún tipo. Lo toman como una transición necesaria. No hay que tener miedo a la soledad, es un espacio de autodescubrimiento. Estos momentos nos permiten redescubrir nuestra sexualidad. No es necesario recurrir a exparejas para mantener relaciones sexuales esporádicas justificándonos en la comodidad que genera el entendimiento mutuo. Claramente quien nos conoce sabrá qué nos gusta y cómo nos gusta, pero podemos dar lugar a experiencias nuevas si evitamos limitarnos únicamente a lo conocido. Suele suceder que los vínculos no se cortan “bien” o se genera una adicción a ellos. El miedo a la pérdida no te permite amigarte con el duelo. Pero, si la relación ya murió porque no ven futuro, el sexo no debe ser utilizado como vía para aferrarse a un vínculo. Esto sólo extiende el dolor y puede llegar a dañar tu autoestima al sentirte usado o usada. Necesitamos primero cerrar un ciclo, sanar, renovarnos y luego volver a abrirnos, cuando nos apetezca, pero desde un lugar sano.
Es importante tener en cuenta que la sexualidad se aprende, hay que estimularla, no es un instinto que viene dado como muchos creen. Si se ha vivido anteriormente de una manera represiva o has tenido mensajes no placenteros, podes instalar nuevas formas. Tienes derecho a disfrutar de tu placer. No importa si te toma poco o mucho tiempo el volver a conectar con alguien, el volver a animarte a relacionarte con otros y otras. Lo importante es que sepas escucharte, sin evadirte, aceptándote y permitiéndote volver a sentir.