Cómo superar o manejar una infidelidad en la relación de pareja o en el matrimonio.
La infidelidad no es algo que se dé de un día para el otro. Por lo general se han descuidado diferentes aspectos de la pareja durante mucho tiempo para llegar a ello. Suele ser responsabilidad de ambas personas que formen parte de la pareja, aunque si una de las dos partes falta al mutuo compromiso, entonces se deberán tomar las medidas necesarias. Es muy probable que aparezcan sentimientos de ira, tristeza o angustia. Lo primero que sucede es que se genera una brecha en la confianza, por ello en el momento que eso se rompe es difícil recuperar la relación, aunque no imposible. De todos modos, en el caso de que sea muy difícil de confrontar la situación será necesario acudir a un terapeuta, sobre todo si hay hijos o hijas de por medio en la pareja. Se debe entender que esto es un tema de adultos y por consiguiente será solucionado en el campo de la pareja. No debemos dejar que un impulso nos lleve a ponernos en la postura del victimismo, o de la venganza. Si observamos que hay problemas en la relación no se debe ir a buscar afuera la solución, sino afrontar lo que pasa dentro del vínculo. Si la infidelidad se ha dado más de una vez entonces será más difícil revertir la situación. Aunque muchas veces se pueda intentar revivir la pareja, no siempre se va a lograr. Para que esto sea satisfactorio deberá haber un arrepentimiento real de la persona que haya sido infiel, de esta manera podría mostrar una cierta empatía por el dolor de su pareja. Debe haber un cambio de actitud para intentar reparar la confianza que se solía tener. Superar una infidelidad es parte de un proceso. La persona que ha sido traicionada debe aceptar lo ocurrido y salir del resentimiento ya que nada nuevo se podrá construir desde esa postura. Si se busca restablecer el vínculo hay que hacerlo desde cero, con nuevos pactos, no arrastrando viejos patrones. Para esto hay que dejar bien en claro que no se tolerará ninguna otra infidelidad, se la toma a la experiencia como una particularidad que se decide afrontar, en conjunto.