La asexualidad o la hiposexualidad como una orientación sexual
Entre un 1 y un 3% de la población mundial carece de impulsos eróticos; son personas socialmente activas, pero sexualmente pasivas. La comunidad asexual reclama el derecho a una vida plena y a no ser etiquetados como "bichos raros", sin embargo, aún no existe consenso a la hora de definir la hiposexualidad como una orientación sexual. ¿Tienen las personas asexuales las mismas necesidades emocionales? ¿Pueden vivir en pareja? ¿Se puede ser feliz sin sexo? Trasladamos las preguntas a la psicóloga y sexóloga Marian Ponte.
Una orientación sexual se da como respuesta ante una tendencia. Lo que reúne a estas personas es el no interés o deseo en el sexo. Ahora bien, no es tan simple como eso. Primero que nada, cabe aclarar que no es una fobia, ni un trauma. De primeras tampoco debe considerarse una disfunción, aunque esto haya que mirarlo, y en el caso de serlo ver qué es lo que lo ha provocado. Las disfunciones con consultas psicológicas se develan. Por esto, hay que diferenciar entre que no haya gustado una experiencia o no conozcas todavía bien tu cuerpo, con ser asexual.
Si tuviste o sentiste alguna excitación o alguna tensión sexual en algún momento de tu vida, entonces seguramente no eres asexual. Aunque temporalmente te sientas ahí por estrés, o ansiedad o depresión. Hay que usar el sentido común y ver el contexto para observar si algo nos hizo cerrarnos, o si efectivamente no sentimos el deseo.
La asexualidad es un abanico bien amplio y cada vez son más las personas que se sienten identificadas con esta orientación. Por ejemplo, hay personas que se sienten asexuales pero a veces se masturban. Hay parejas que están juntas y no mantienen relaciones sexuales. Hay personas que se consideran asexuales, pero esporádicamente se vinculan sexualmente. Lo importante es entender que tienen otras formas de intimidad, no que no la tienen. Así como también tiene necesidades emocionales, sólo que las satisfacen de otras maneras. Se puede vivir en pareja con afecto, pero sin actividad sexual. El sexo y el enamoramiento no son, ni deben ser considerados lo mismo. A día de hoy se vende el sexo a todas horas y por todos los medios, por eso puede sentirse extraña la persona al considerarse asexual. El entender que su bajo deseo o excitación no es un trauma, ni una enfermedad, ni siquiera un problema en tanto y cuando la persona se considere feliz en su elección, trae mucha paz. Hay que reivindicar que cada quien sea genuino o genuina y no impuesto o impuesta con su sentir.
Existen diferentes mitos o prejuicios como: esto les sucede porque están demasiado enfocados en otros aspectos, porque no pueden ligar, porque no se cruzaron en la cama con alguien adecuado o adecuada, porque están reprimidos o reprimidas por una orientación sexual no aceptada, entre otros miles de cosas. Los prejuicios no aportan más que miedo y sentimientos de falta de comprensión ya que no son una crítica constructiva. Hay que entender que da uno y cada una es especialista de su propia vida y que el amor y la felicidad no tienen nada que ver con el sexo en sí.