El fetichismo de los uniformes
Colaboración de la sexóloga Marian Ponte para 25TV
Dentro del mundo del fetichismo hay muchas variantes. Una de ellas es el uso de uniformes en el encuentro sexual. Los uniformes lo que permiten es un intercambio de roles, esto nos da la posibilidad de liberarnos, jugando a ser otras personas. Facilita la posibilidad de realizar cosas o recrear situaciones que en la vida real no haríamos o no pasarían, pero que tras pasar por la experiencia nos hace sentir liberados o liberadas. Es una manera de reavivar la pareja, siendo creativos y creativas, permitiendo que la imaginación y el juego tomen protagonismo. Los uniformes más solicitados en mujeres son el de colegiala, el de enfermera, el de conejita, y el de policía. Hay otros más extraños como el de tarde de fresas o el de vendedora de pollos. Los hombres, por su parte, buscan los trajes de policía, bombero, o enfermero, suelen ser más clásicos. Aunque hay más opciones para que las mujeres puedan sorprender, poco a poco los hombres también se van animando a más. El uso de los uniformes en los gays se suele jugar más al intercambio de roles, es algo más común el uso de uniformes en estas parejas. Se utiliza mucho el de marinero, o el de policía, hay un juego de sumisión y de poder. Todos estos uniformes y estos estereotipos han sido, y continúan siendo, explotados en el cine porno ya que contribuyen con las fantasías.