Consideramos afrodisíaco a todo lo que fomenta y potencia el instinto sexual. Se cree que el chocolate es un afrodisíaco, como así también el ajo que tiene vitamina C y D, por lo que se lo considera muy bueno, aporta proteínas y genera este efecto calentador. Podemos encontrar diferentes componentes tanto en las plantas, en la comida, o en preservativos con feromonas, por exponer un ejemplo, entre tantos otros que existen. La naturaleza y los alimentos que esta nos provee tienen formas, colores y texturas que nos permiten realizar analogías con las partes genitales de los seres humanos. Por ejemplo, se piensa en una vulva al ver una ostra, o en un pene ante un espárrago. El concepto “afrodisíaco” viene de la palabra “Afrodita”, nombre que se le da a la diosa griega del amor. En todas las culturas existen diferentes terminologías para la erótica, por lo que también existen diferentes técnicas y prácticas. Por ejemplo, los hindúes consideran que la sexualidad es algo sagrado, por lo que su relación con esta se da en otros niveles. Es una manera de conectar con su religión.
Entre las diferentes drogas que existen las que más se consumen son el alcohol que desinhibe el sistema nervioso y la marihuana que incrementa las sensaciones físicas. Al permitir percibir las sensaciones de una forma más potente se las considera un afrodisíaco. El problema es que si se consume mucho estas sustancias a largo plazo no será bueno. Al consumir regularmente el cuerpo se acostumbra, por lo que se necesitará de mayores dosis para generar el efecto buscado, por todo esto no se recomienda su uso, existen otras vías más amigables con nuestro cuerpo para llegar al placer.
Hay un sólo afrodisíaco el cual se dice que está comprobado científicamente. Viene de la mosca española, se llama cantárida y es básicamente un escarabajo. Se extrae de este insecto una sustancia afrodisíaca, pero se la considera altamente tóxica por lo tanto no se aconseja su uso.