Los excesos con las drogas están a la orden del día. ¿En qué medida afecta a nuestras relaciones sexuales? Hablamos con la sexóloga Marian Ponte.
El sexo y las drogas tienen mucha relación. Cuando decimos drogas hablamos de marihuana, alcohol, cocaína, cannabis, éxtasis, entre muchas otras. Como todo en la vida, los excesos nunca son buenos y tienen sus consecuencias. El alcohol es la droga que más se estila en lo social. Ésta ayuda a desinhibirnos para sentirnos más seguros o seguras y por consiguiente con mayor autoestima. Pero, cuando nos pasamos de copas el alcohol se vuelve un represor del sistema nervioso dando lugar a otros inconvenientes y síntomas no deseados. El mal consumo de drogas nos puede llevar a tomar decisiones de las que luego nos arrepentiremos, al no decidirlas de forma consciente. Bajo sus efectos tenemos la sensación de poder controlarlo todo, creyendo que nada malo pue-de pasar. Esto nos lleva, por ejemplo, a tener relaciones sexuales sin condón omitiendo las posibilidades de contraer enfermedades de transmisión sexual o embarazos no deseados. Nuestros actos tienen consecuencias por esto debemos ser responsables. Es importante saber qué consumismos, dónde y con quién lo consumimos. No hay que mezclar sustancias ya que puede dar lugar a graves intoxicaciones. Así podemos evitar que algo que empieza como una fiesta termine en un drama.
La parte psicológica afecta mucho a cómo impactan las drogas en nosotros y nosotras. Existe una gran relación entre los estilos afectivos que las personas desarrollan y la relación que luego tienen con las drogas. Esta estudiado que quienes tienen una base más segura en su estilo de afecto, consumen menos. No todas las drogas afectan de la misma manera a todos y todas, y tampoco afectan a la misma persona siempre igual, depende de diversos aspectos. Es importante tener en cuenta que las drogas desinhiben y provocan euforia, entre muchos otros efectos que nos llaman la atención a la hora de consumirlas, pero también generan tolerancia y dependencia provocando peores consecuencias a largo plazo. Pueden generar respuestas retardadas en el orgasmo o la eyaculación, entre otros factores que se modifican en el cuerpo generando disfunciones sexuales. Se altera el sistema receptivo y los estímulos no están en un estado natural por esto se puede ver también afectada la erección y el deseo. Cambia no sólo las percepciones de experiencia con el entorno sino también con uno o una.
No siempre se tiene la información real de los riesgos que se están corriendo, aunque generar miedo no sea nunca la solución. La buena información es la mejor arma y entender que el uso prolongado de cualquier droga va a tener efectos negativos. Hay que buscar recursos para que las personas se sientan bien con cómo se auto perciben y desde ahí se puedan relacionar sin necesitar de un estímulo externo. Concienciar desde la educación para incorporar que se puede tener una sexualidad y una vida más genuina sin acudir a las drogas como medio para relacionarnos.