Pederasta es el nombre común que se le da a las personas que abusan sexualmente de un niño o una niña. Son personas que tienen una psicopatía. Es una categoría difícil de catalogar ya que no hay un test seguro que dé cuenta de este trastorno. Existen diferentes formas en las que se muestra esta conducta, algunas personas por ejemplo tienen preferencia por los niños, y otras no. No es lo mismo la pedofilia, eso es el amor por lo niños. Al pederasta se lo análoga con la parte sexual en relación a los niños o las niñas. Al estar tratando con personas pequeñas que aún no comprenden muchas cosas es más fácil engañarlas. La persona que abusa confunde al niño, o la niña, haciéndoles creer que lo que están haciendo no está mal, pero a la vez no deben contárselo a nadie. En el momento que un pedófilo tiene contacto sexual entra en el campo de la pederastia. Es importante realizar esta diferencia porque muchas personas fantasean con niños o niñas, pero es algo que queda en el campo de la imaginación y no pasa nunca a la conducta.
Es muy difícil que la víctima comprenda que están abusando de ella, que se haga consciente para pedir ayuda. Esto sucede porque se utilizan excusas y justificaciones y se realiza a escondida. Sobre todo si la persona que abusa es alguien de confianza para la víctima, alguien de su entorno que el niño o la niña no ve como agresor en primera instancia. La persona que abusa puede llegar a cambiar su conducta y sanar, siempre y cuando sea capaz de arrepentirse de sus actos, y de concienciarse sobre el mal que estaba causando sobre una persona que es totalmente inocente e indefensa. Por otro lado, si la persona que abusa no tiene sentimientos de culpa, de arrepentimiento o de empatía su comportamiento se vuelve en una psicopatología.