En sus inicios las páginas web y las aplicaciones para encontrar pareja eran percibidas, como refleja una película de 2005 titulado “Hard Candy”, como un servicio dirigido a personas con dificultades para socializarse, a gente muy tímida y, así, una larga lista de prejuicios. Actualmente, sin embargo, esta percepción ha cambiado. Y es que cada vez más personas utilizan estas plataformas para encontrar el amor.
Estos servicios, explica la sexóloga y psicoterapeuta de parejas Marian Ponte, se han democratizado y como consecuencia, dice, ha desaparecido la estigmatización de sus usuarios.
El incremento del número de estas redes sociales, la falta de tiempo y la posibilidad de afinar en la elección son factores que determinan, según el sociólogo Francisco Núñez, que ligar por internet haya convertido en una tendencia al alza.
Anteriormente las apps eran mal vistas, se creía que sólo era para personas tímidas, para quienes buscaban sexo rápido y casual, o para quienes tenían algún tipo de complejo en poder conocer personas en un bar o en lugares públicos. Ahora ya no tienen el estigma que se les adjudicaba anteriormente. A día de hoy es un medio más para encontrar pareja, o tener un encuentro. Su consumo va en aumento ya que es rápida, fácil y cómoda. Es importante no olvidar que las personas se presentan con sus mejores fotos, o “selfies”, pero lo tanto lo que vemos en primera instancia no es lo habitual. Se busca dar un impacto, la finalidad es ligar, gustar al otro o la otra, eso no nos lo podemos olvidar al navegar por estos sitios. Las aplicaciones funcionan como un mercado con muchas posibilidades. El usuario aparentemente tiene el poder de elegir entre una infinidad de opciones, esto muchas veces provoca miedo o conflicto porque se teme elegir mal ante tanta variedad. Sin embargo, las variantes no son infinitas, todas las aplicaciones están determinadas por algoritmos que regulan las búsquedas, con la intención de ser lo más efectivas posibles.