Por fin llega la estación más cálida del año, en la que nos trae la combinación de agua, clima y horas de sol nos permite gozar de más libertad y tiempo libre, aprovechamos al máximo el contacto con la naturaleza para liberamos del estrés, nos cuidamos más para mejorar el bienestar físico y emocional.
En los meses de verano el cerebro produce una mayor cantidad de serotonina, el neurotransmisor asociado con la felicidad
Durante esta etapa el cuerpo libera una gran cantidad de hormonas, endorfinas, oxitocina, dopamina, que reducen los niveles de estrés y aumentan el bienestar emocional, lo que se traduce en un mejor estado de salud físico y mental.
Durante el verano vivimos el amor con más intensidad
Un amor de verano tiene grandes beneficios. Se disfruta cada momento. No hay problemas de pareja, sino una relación relajada y divertida, alguien con quien disfrutar. Es mucho más natural, sin presión. Pasar buenos momentos y dejar que las cosas fluyan despeja la mente de problemas, concentrándote en el presente. Suele ser breve y por eso muy intenso. No pensamos tanto en el después y eso hace que las cosas sean más honestas. Nos ayuda a estar mejor con nosotros mismos. A sentirnos confiados, atractivos, a disfrutar de hacer lo que sentimos sin pensar demasiado. "Es una relación flexible, que no implica compromiso y está libre de presiones o esperas. Te invita a vivir algo nuevo, salir de la rutina o del estrés. Ser realista y asumir que después, cuando se conocen las personalidades, muchas cosas podrían cambiar, ayuda a no generarse falsas expectativas. En verano tenemos más espacio interior y es más sencillo vivir experiencias. Estamos más joviales, positivos y contentos, cuidamos más de nuestro cuerpo y manera de vestir. Hay, según algunos estudios, mayor número de feromonas (hormonas conectadas al atractivo e impulso sexual). No hay pretensiones, nos dejamos llevar y no vamos con tantos juicios porque es un período breve y nos permitimos experimentar. La falta de preocupaciones nos permite estar más abiertos y serenos. Para las personas adolescentes es más fácil vivirlo con más intensidad porque su lóbulo frontal derecho (que ayuda a la planificación y el control) aún se está desarrollando hasta bien entrado los 25 años.", explica Marián Ponte, psicóloga y sexóloga (www.marianponte.com).
El amor protege de la ansiedad y el estrés
“El amor es capaz de aumentar tu energía –comenta Marián Ponte, psicóloga y sexóloga-. La oxitocina crea apego y fidelidad; la adrenalina, la dopamina y la feniletilamina aumentan en cantidad dando efectos similares a las anfetaminas, sensación de euforia”.
Un estudio publicado en la revista Journal of Neuroscience, explica que cuando las personas están enamoradas y comprometidas hay una gran liberación de dopamina, que reduce los ataques de ansiedad.
Un abrazo, una caricia, una mirada o un mimo, reduce considerablemente los niveles de cortisol, la hormona del estrés, según un estudio de la Universidad de Carolina del Norte en 38 parejas.
El amor disminuye la presión arterial
Un estudio publicado en Annals of Behavioural Medicine asegura que las parejas con una relación feliz tienen la tensión arterial más baja que quienes no la tienen, disminuyendo el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares.
El amor reduce los síntomas de la depresión
Sentirse amado y deseado es un potente antidepresivo. La ternura y el cariño es básico para la felicidad, manteniendo a la persona lejos de cuadros depresivos.
El verano nos hace sentir una percepción más positiva de la realidad y mejora nuestro estado de ánimo. En definitiva, durante los meses de esta época estival estamos mucho más activos, salimos más y hacemos más ejercicio, eso hace que el amor se viva con más intensidad.