En este vídeo Marian Ponte nos responde esa pregunta que se hacen muchas mujeres: ¿Por qué no tengo ganas de tener relaciones sexuales?
La falta de deseo es un problema muy común en las parejas. Puede que no esté al principio de la relación, en el medio o cerca de su fin. No hay una regla para esto, lo que se debe entender es que es sólo un momento que se supera en conjunto, encontrando las causas y las soluciones. Las causas pueden ser múltiples, lo que no debemos pensar es que una relación de pareja se reduce únicamente a eso. El deseo forma parte de la primera fase de la respuesta sexual, se encuentra antes de la fase de excitación por lo que si no se da lugar a ello será imposible llegar al orgasmo. Para lograr que todas las fases se den necesitamos dedicarles un buen tiempo a los preliminares, sin estos el cuerpo no estará preparado y disponible para recibir. No hay que entender a la sexualidad como algo rutinario y mecanizado. La satisfacción es lo que acompaña a toda la respuesta sexual y es la parte más psicológica. Cuando no tenemos el deseo, la posibilidad de sentir satisfacción puede boquearse generando ansiedad y angustia. Hay determinados momentos de nuestras vidas como un momento de estrés, de ansiedad, de duelo, que pueden llevarnos a estar apáticas apáticos y no querer mantener relaciones. Esto se debe entender como un proceso natural, debemos respetar y poder acompañar a nuestra pareja en ello. Ahora bien, el tiempo no lo cura todo, si no encontramos transitando alguno de estos momentos y sentimientos debemos hacernos carga y buscar soluciones. Si nos quedamos únicamente en el entendimiento nunca generaremos cambios.
Hay personas que no tiene bajo deseo, sino que tienen algún problema psicológico con respecto al coito. Por lo tanto, al querer tener relaciones se bloquean, no por falta de ganas sino por alguna represión, abuso, por historias que se hayan vivido y que aún no se hayan podido terminar de procesar. Los temas de comunicación en la pareja son importantes para sentirse en sintonía con el otro, o la otra. Cuando hay problemas en la pareja la sexualidad seguramente se verá afectada, el bienestar mutuo es vital para una buena relación. La falta de deseo no hay que confundirla con un problema de identidad, o de orientación sexual, lo que sucede es que no se siente el impulso. Lo importante es poder investigar las causas que nos han llevado hasta ahí. Se trabaja primero identificando el origen del problema y en el caso de ser necesario se hará una reeducación para reconectar, equilibrar y reconocer el cuerpo.
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